lunes, 26 de octubre de 2015

Emoción e Inteligencia Emocional





INTRODUCCIÓN

La emoción parece estar siempre con nosotros y en cambio parece que hay una emoción para cada situación y que cuando la sentimos mostramos una serie de conductas apropiadas a esa emoción.

Las personas están continuamente conscientes de su experiencia emocional y estas sensaciones ejercen una fuerte influencia sobre la conducta. Por lo general, las emociones son activadas internamente a través de la memoria y la imaginación.

Las emociones son fenómenos multidimensionales; son estados afectivos subjetivos. “Las emociones son también respuestas biológicas, reacciones fisiológicas que preparan al cuerpo para la acción adaptativa” (Cf. Reeve, 1994). Las emociones también son funcionales y fenómenos sociales.

El término emoción es un constructo psicológico. Las emociones son cosas efímeras que aparecen, desaparecen y cambian constantemente.

Según Reeve “el impacto que puedan tener los acontecimientos vitales sobre nuestra vida es, sin embargo, solo potencialmente aversivo” (1994, pp. 394). La manera en que una persona evalúa el sentido y el significado personal de un acontecimiento vital es de suma importancia. El hacho de que una persona crea o no que pueda controlar este tipo de acontecimientos también es importante a la hora de entender cómo los estresores potenciales afectan a las personas de forma psicológica y física. Si algo problemático ocurre, entonces la evaluación de la persona de si puede o no afrontar adecuadamente el problema también es crucial.

ALGUNAS DEFINICIONES:

       Por medio de la emoción, un organismo sabe, consciente o inconscientemente, si una situación es más o menos favorable para su supervivencia. La emoción es el mecanismo fundamental que poseen todos los seres vivos para orientarse en su lucha por la supervivencia.( M.P. González, E. Barrull, C. Pons y Marteles, 1998)

 

       La emoción es una respuesta inmediata del organismo que le informa del grado de favorabilidad de un estímulo o situación

 

       Las emociones son “afectos bruscos y agudos que se desencadenan por una percepción (externa o interna) o representación y tienen abundante correlación somática. Suelen ser poco duraderos […]. El estímulo puede ser real, imaginario o simbólico, o simplemente desconocido, como ocurre con frecuencia en las crisis de angustia (panic attacks).Vallejo Ruiloba J y otros

 

       “La emoción es una compleja combinación de procesos corporales, preceptúales y motivacionales que producen en las personas un estado psicológico global, que puede ser positivo o negativo, de poca o mucha intensidad y de corta  o larga duración, y que genera una expresión gestual que puede ser identificada por las demás personas”, José Luis Zaccagnini Sancho.

 


¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?

            Las emociones son estados subjetivos afectivos.  Hacen que nos sintamos de una manera en concreto, por ejemplo, rabiosos o felices. Las emociones también son respuestas biológicas, reacciones fisiológicas que preparan al cuerpo para la acción adaptativa. Las emociones también son funcionales. La rabia nos prepara para la lucha, el miedo nos prepara para huir del peligro. Finalmente las emociones son fenómenos sociales.

LAS FUNCIONES DE LA EMOCIÓN

El análisis de la función de la emoción plantea la cuestión de que propósitos tienen las emociones. Según Darwin, las características expresivas, al igual que las físicas tenían un significado funcional para el mecanismo que se estaba adaptando.

 Funciones adaptativas de las emociones:


Los animales para sobrevivir en su entorno desarrollan diferentes conductas, cada una de estas conductas es producida por una emoción que facilitan la adaptación dl individuo a los cambios del entorno.
            Según, Robert Plutchik (1970,1980), la conducta emocional tiene ocho propósitos distintos: protección, destrucción, reproducción, reintegración, afiliación, rechazo, exploración y orientación Según, el propósito de protección, el miedo prepara al cuerpo para la conducta de retirada y huida. Por lo tanto la función de la emoción es la de preparar al animal a dar una respuesta conductual apropiada a la situación.
            Normalmente se conciben los estados emocionales como estados afectivos introspectivos. Por ejemplo: cuando pensamos en la alegría pensamos en cómo nos sentimos, esto para Plutchik (ver tabla 3.1.) demuestra que la introspección no era fiable ni se podía llevar a un análisis científico, para poder ser analizada científicamente las emociones se han de estudiar como respuestas conductuales objetivas no como estados afectivos subjetivos.
            En las emociones no existe el termino ni mala ni buena, todas las emociones son beneficiosas. Cada emoción proporciona al animal un estado de preparación único y la permite reaccionar ante una situación en concreto, ya que las emociones son adaptativas. Desde una perspectiva psicoevolutiva de la emoción las emociones son organizadoras positivas, funcionles propositivas y adaptativas de la conducta, ya que con un ritmo cardiaco tranquilo que acompaña la anticipación optimiza la reacción corporal del individuo ante situaciones elicitadas por la anticipación, en este sentido el miedo, la rabia... y todas las emociones especificas son emociones buenas porque el miedo facilita la protección y así sucesivamente.

Funciones sociales de las emociones:


            La emoción también facilita la adaptación del individuo al entorno social además de la adaptación del individuo a su entorno. Carrol Izard (1989), ha hecho una lista de las funciones sociales de la emoción y hablaremos de cuatro de ellas. Las expresiones emocionales: 1) facilitan la comunicación de los estados afectivos, 2) regulan la manera en la que los otros responden a nosotros, 3) facilitan las interacciones sociales y 4)promueven la conducta prosocial.
            Las expresiones emocionales comunican cómo nos sentimos a los demás. Son mensajes potentes no verbales de comunicación. A través de éstas los bebés comunican de forma no verbal lo que son incapaces de comunicar verbalmente.
Las expresiones emocionales regulan la manera en que los demás reaccionan ante nosotros. Algunos investigadores proponen que las expresiones emocionales regulan la manera en qué los demás responden a la persona que expresa.
A veces, la expresión emocional puede ser contraproducente a la hora de regular la manera en que los demás reaccionan ante nosotros. Coyne (1976a) propone que las personas deprimidas expresan su estado emocional a los demás para conseguir apoyo y consuelo. Pero desgraciadamente muchas veces no se consigue este apoyo y consuelo
            Las expresiones emocionales facilitan la interacción social Las expresiones emocionales a menudo son motivadas socialmente y no emocionalmente. Muchos investigadores querían saber si las personas sonreían con más frecuencia cuando estaban interactuando socialmente o cuando tenían una reacción de alegría ante un acontecimiento positivo (por ejemplo, un día soleado , un gol del equipo favorito, una buena puntuación jugando a los bolos...). En general, se encontró que los espectadores, los viandantes, los jugadores de bolos tenían muchas más probabilidades de sonreír cuando estaban interactuando socialmente que cuando sentían alegría.
            El afecto positivo facilita la conducta prosocial. Bajo la influencia del afecto positivo, las personas tienen significativamente más probabilidades de ser prosociales, es decir más sociables (Isen,1987).
            Si el afecto positivo facilita la conducta prosocial entonces el afecto negativo debería empeorarla. Pero, esto es cierto en algunos casos (por ejemplo la depresión) hay dos razones por las que hay que tener cuidado al afirmar que el afecto negativo impide la conducta prosocial: 1) el afecto negativo y positivo son mucho más independientes el uno del otro que opuestos.2) El afecto negativo es mucho más complejo que el afecto positivo.



INTELIGENCIA EMOCIONAL

Salovey y Mayer definieron la inteligencia emocional como la capacidad para identificar y traducir correctamente los signos y eventos emocionales personales y de los otros, elaborándolos y produciendo procesos de dirección emocional, pensamientos y comportamientos de manera efectiva y adecuada a las metas personales y el ambiente. Esta perspectiva busca identificar, asimilar, entender y, por último, manejar (controlar y regular) las emociones (Mayer et al. 2000b).

La inteligencia emocional es un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social. Las emociones comportan importantes implicaciones en las relaciones sociales, sin dejar de contribuir a otros aspectos de la vida. Cada individuo tiene la necesidad de establecer prioridades, de mirar positivamente hacia el futuro y reparar los sentimientos negativos antes de que nos hagan caer en la ansiedad y la depresión. En el ámbito de la psicología admite la consideración de inteligencia porque es cuantificable: constituye un aspecto mensurable de la capacidad individual para llevar a cabo razonamiento abstracto y adaptación al entorno; la inteligencia emocional se pone de manifiesto cuando operamos con información emocional.
La inteligencia emocional es, por tanto, un conjunto de talentos o capacidades organizadas en cuatro dominios:
  • capacidad para percibir las emociones de forma precisa.
  • capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento.
  • capacidad para comprender las emociones.
  • capacidad para dominar las propias emociones y las de los demás.
Las últimas investigaciones han aportado pruebas convincentes de la inseparabilidad esencial de la emoción y el razonamiento: sin sentimientos, las decisiones que tomamos pueden no ser las que más nos convienen, aunque hayan sido tomadas por lógica. Cualquier noción que establezcamos separando el pensamiento y los sentimientos no es necesariamente más adaptativa y puede, en algunos casos, conducir a consecuencias desastrosas.
El concepto de Inteligencia Emocional tiene un precursor en el concepto de Inteligencia Social, del psicólogo Edward Thorndike quien en 1920 la definió como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas".
La expresión inteligencia emocional la introdujeron por primera vez en el campo de la psicología en 1990 los investigadores Peter Salowey y John D. Mayer definiéndola como "la capacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo".
Este concepto sería presentado mediáticamente por Daniel Goleman en 1995 con un libro de gran éxito. En su libro La inteligencia emocional en la empresa (1998) se refiere a la "inteligencia emocional" como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones". Considera cinco aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes grupos: Aptitud Personal (Auto-conocimiento, Auto-regulación y Motivación) y Aptitud Social (Empatía y Habilidades Sociales).
(Goleman, Daniel (1995), Inteligencia emocional. Kairos. Barcelona.)

Inteligencia emocional: “aprender a vivir las emociones”

La mayor parte de las habilidades para conseguir una vida satisfactoria son de carácter emocional, no intelectual


Nadie discute la necesidad de adquirir conocimientos técnicos y culturales para prepararnos (y reciclarnos) para la vida profesional, pero en una equivocada estrategia de prioridades olvidamos a veces la importancia de educarnos para la vida emocional.

Aprender a vivir es aprender a observar, analizar, recabar y utilizar el saber que vamos acumulando con el paso del tiempo. Pero convertirnos en personas maduras, equilibradas, responsables y, por qué no decirlo, felices en la medida de lo posible, nos exige también saber distinguir, describir y atender los sentimientos. Y eso significa contextualizarlos, jerarquizarlos, interpretarlos y asumirlos. Porque cualquiera de nuestras reflexiones o actos en un momento determinado pueden verse "contaminados" por nuestro estado de ánimo e interferir negativamente en la resolución de un conflicto o en una decisión que tenemos que tomar. Vivir las emociones es un elemento insustituible en la maduración personal y en el desarrollo de la inteligencia.


De ahí que vivir nuestras emociones es una habilidad relacional que nos capacita como seres que se desarrollan en un contexto social. Sólo cuando conectamos con nuestros sentimientos, los atendemos y jerarquizamos, somos capaces de empatizar con los sentimientos y circunstancias de los demás.

No es más inteligente quien obtiene mejores calificaciones en sus estudios, sino quien pone en práctica habilidades que le ayudan a vivir en armonía consigo mismo y con su entorno. La mayor parte de las habilidades para conseguir una vida satisfactoria son de carácter emocional, no intelectual.
Para entender los sentimientos de los demás, hay que entender los propios. Cuáles son nuestras necesidades y deseos, qué cosas, personas o situaciones nos causan determinados sentimientos, qué pensamientos generan las diversas emociones, cómo nos afectan y qué consecuencias y reacciones propician.

Empatizar supone sintonizar, ponerse en el lugar del otro, ser consciente de sus sentimientos. Hay personas que no entienden a los demás no por falta de inteligencia, sino porque no han vivido experiencias emocionales o no han sabido gestionarlas. Quién no ha experimentado la ruptura de pareja o el sentimiento de orfandad por la pérdida de un ser querido, es difícil que se haga cargo de lo que sufren quienes pasan por esa situación. Incluso cuando se han vivido por experiencias de ese tipo, si no se ha hecho el esfuerzo de vivirlas de manera explícita aceptándolas e integrándolas, no estarán suficientemente capacitados para la comprensión emocional inteligente.


Modelo Multifactorial ( de Bar-on (1997)

Conjunto de capacidades, competencias y habilidades...


        Intrapersonales


     Autoconcepto: Esta habilidad se refiere a respetarse y ser consciente de uno mismo, tal y como uno es, percibiendo y aceptando lo bueno y malo.


     Autoconciencia Emocional: Conocer los propios sentimientos para conocerlos y saber qué los causó.


     Asertividad: Es la habilidad de expresarse abiertamente y defender los derechos personales sin mostrarse agresivo ni pasivo.


     Independencia: Es la habilidad de controlar las propias acciones y pensamiento uno mismo, sin dejar de consultar a otros para obtener la información necesaria


    Autoactualización: Habilidad para alcanzar nuestra potencialidad y llevar una vida rica y plena, comprometiéndonos con objetivos y metas a lo largo de la vida.


      Interpersonales


   Empatía: Es la habilidad de reconocer las emociones de otros, comprenderlas y mostrar interés por los demás.

    Responsabilidad social: Es la habilidad de mostrarse como un miembro constructivo del grupo social, mantener las reglas sociales y ser confiable.

   Relaciones Interpersonales: Es la habilidad de establecer y mantener relaciones emocionales caracterizadas por el dar y recibir afecto, establecer relaciones amistosas y sentirse a gusto.

 

       Adaptabilidad

    Flexibilidad: Es la habilidad de ajustarse a las cambiantes condiciones del medio, adaptando nuestros comportamientos y pensamientos.

    Prueba de realidad: Esta habilidad se refiere a la correspondencia entre lo que emocionalmente experimentamos y lo que ocurre objetivamente, es buscar una evidencia objetiva para confirmar nuestros sentimientos sin fantasear ni dejarnos llevar por ellos.

    Solución de problemas: La habilidad de identificar y definir problemas así como generar e implementar soluciones potencialmente efectivas. Esta habilidad esta compuesta de 4 partes:

    1) ser consciente del problema y sentirse seguro y motivado frente a él

    2) definir y formular el problema claramente (recoger información relevante)

    3) generar tanto soluciones como sea posible

    4) tomar una solución sobre la solución a usar, sopesando pros y contras de cada solución.

Y manejo del estrés.

Gestionar adecuadamente las emociones supone:

  • No someterlas a censura. Las emociones no son buenas o malas, salvo cuando por nuestra falta de habilidad hacen daño, a nosotros o a otras personas. 
  • Permanecer atentos a las señales emocionales, tanto a nivel físico como psicológico. 
  • Investigar cuáles son las situaciones que desencadenan esas emociones. 
  • Designar de forma concreta los sentimientos y señalar las sensaciones que se reflejan en nuestro cuerpo, en lugar de hacer una descripción general ("estoy triste", "estoy nervioso"&). 
  • Descargar físicamente el malestar o la ansiedad que nos generan las emociones. 
  • Expresar nuestros sentimientos a la persona que los ha desencadenado, sin acusaciones ni malas formas y detallando qué situación o conducta es la que nos ha afectado. 
  • No esperar a que se dé la situación idónea para comunicar los sentimientos, tomar la iniciativa.



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